Rolando Goldman, coordinador de las Orquestas Infantiles y Juveniles: «En la música en general, y en las orquestas en particular, se comparte, no se compite»

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Gracias a las Becas Martha Argerich, 35 integrantes de estas orquestas se formarán como docentes. La iniciativa está inspirada en la carrera de la pianista argentina y cuenta con su aval. En esta nota, el creador y coordinador de este programa social explica cuánto crecieron las formaciones musicales y, en ese camino, sus estudiantes.

Desde hace más de 15 años, el Programa Social de Orquestas Infantiles y Juveniles, tanto en su variante de música académica como de instrumentos autóctonos, es el espacio de formación y encuentro de miles de chicos y chicas de barriadas populares en todo el país.

Bajo el nombre de dos figuras emblemáticas de nuestra identidad musical, Andrés Chazarreta y Celia Torrá, contagia entusiasmo por la cultura no solo a sus pequeños integrantes sino a sus familias y vecinos. Este año, el Programa -que depende de la Dirección Nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria de la Secretaría de Gestión Cultural- celebra un nuevo hito: la implementación de las becas Martha Argerich, destinadas a jóvenes músicos de las orquestas vinculadas a él para formarlos como maestros.

Un prestigioso jurado integrado por el pianista, pedagogo, compositor y director Eduardo Hubert; la docente y directora de orquestas Lucía Zicos, y el pianista, compositor y director Gustavo “Popi” Spatocco estuvo a cargo la selección de las y los 35 jóvenes que cubrirán las vacantes distribuidas para distintos instrumentos.

Se trata de una experiencia inédita en la historia de estas orquestas, que a su vez se inspiró en la vida y obra de Martha Argerich. La gran pianista argentina inició su carrea internacional a los 14 años, en 1953, gracias a una beca del gobierno argentino que le permitió estudiar en varios países de Europa.

Rolando Goldman, además de músico y docente, es el impulsor y actual coordinador del Programa Social de Orquestas. Conoció a Argerich en una serie de conciertos que dio como charanguista en 2010 en la Academia de Santa Cecilia y fue quien le propuso a la pianista que se convierta en “madrina” de las becas y de las orquestas infanto-juveniles.

Luego de algunos años de abandono, Goldman celebra el momento actual del Programa y destaca “la decisión y el compromiso de las autoridades del Ministerio de Cultura en impulsar y brindar nuevos y mayores recursos a las orquestas. Esto hace que muchos trabajadores del Ministerio y destinatarios de esta política hayan recuperado la mística con la cual se trabajó durante tanto tiempo”. En esta entrevista, explica cómo funcionan las Becas y el valor de esta iniciativa, de inclusión social a través de la música.

-¿Qué dijo Martha Argerich cuando le llevaron la propuesta de amadrinar el programa de becas?

-A partir de la propia historia de Martha Argerich, en relación al apoyo que recibió del Estado para continuar con su formación en Europa, quisimos tomar aquel hito y recuperarlo como ejemplo para lo que queríamos llevar adelante. En ese sentido, es que le propuse poner su nombre a las Becas que íbamos a implementar. Ella no sólo estuvo de acuerdo, sino que dijo que “muy feliz” sería la madrina de las orquestas infantiles y juveniles de los Programas Andrés Chazarreta y Celia Torrá de nuestro Ministerio.

Para nosotros, este hecho implica un orgullo y simultáneamente, un compromiso adicional en la tarea que estamos emprendiendo.

-En el programa de orquestas se destaca el aprendizaje colectivo. ¿A qué se refiere?

-A la forma de trabajo que se lleva adelante en cada orquesta, donde no suele haber clases individuales de instrumento, sino que en general los espacios son siempre colectivos tanto en la formación como en la práctica instrumental. La conformación de una orquesta plantea, por razones obvias, la búsqueda de resultados colectivos, en los cuales el sonido tiene sentido cuando surge del aporte de cada uno, pero no en forma individual, sino como masa sonora. Además, incorporamos en la tarea cotidiana, valores de solidaridad.

En la música en general, y en las orquestas en particular, se comparte, no se compite. Esa es la idea que impulsamos. Es algo que estimulan los directores, coordinadores y docentes de cada orquesta, y los niños y jóvenes lo tienen muy incorporado.

-¿Por qué es importante que las y los chicos avancen en su formación y se conviertan en docentes?

-En líneas generales, nuestra idea primaria es la de generar espacios lúdicos, educativos, formativos y artísticos en las chicas y los chicos de los barrios, donde muchas veces, les resulta vedada esa posibilidad. Incluso en muchos casos, ni siquiera tienen la oportunidad de elegir no estudiar música.

No necesariamente pretendemos que todas y todos se conviertan en músicos o profesores de música. Menos aún, nos convoca la idea de que la creación de las orquestas está dada para alejar a los chicos de ciertos males que eventualmente los rodean en su contexto cotidiano. El formato de una orquesta, constituye sin dudas, un espacio de socialización en el que se comparte y donde el esfuerzo colectivo y la ayuda al compañero que camina a la par, mejoran notablemente el resultado buscado. Reitero, no hay competencia entre los integrantes, ya que no existe el objetivo de que alguien se destaque por sobre el resto. Al contrario, se procura que los resultados artísticos sean fruto del trabajo y el esfuerzo compartido. Pero, a la vez, nos ocupa el hecho de que aquellos que encuentren su vocación ligada a la música puedan contar con herramientas para seguir ese camino.

Desde el origen de estos programas, planteamos que en algún momento se debía romper con el concepto de que el que sabe, el que enseña, es el que llega de afuera del barrio. Y que los profesores o directores de las orquestas debían ser las y los jóvenes que surgieran de estas orquestas.

Por un lado, para romper con esa idea de que el “saber” es una condición hegemónica que poseen quienes llegan de “afuera”, y por otro, porque estamos convencidos de que hay muchos aspectos, vinculados a la realidad cotidiana de los integrantes de estas orquestas, que los conocen mucho más cabalmente quienes viven en los barrios.

-¿En qué consistirá el programa de formación de la beca?

-En esta primera etapa, se está brindando capacitaciones de diversa índole. Profundización en la práctica instrumental, nociones de pedagogía y didáctica, técnica vocal, análisis de arreglos musicales, edición de partituras, y entre todas y todos, la conformación de una orquesta, por ahora virtual, pero imaginamos con encuentros presenciales, para generar vínculos sociales y artísticos entre las y los becarios. A todo esto, hay que agregar el hecho de que cada becaria y becario tiene un tutor que lo acompaña para ayudarlo en todo el trayecto.

-¿Qué criterios utilizó el jurado para la selección?

-Hicieron un trabajo muy profundo, con mucho compromiso, y estamos agradecidos por el cuidado con el que tomaron la tarea. Se abordaron diversos aspectos. Por un lado, la experiencia musical realizada en sus orquestas de origen. Para eso cada aspirante debió presentar dos videos, con una obra a elección y otra obra impuesta, la cual fue propuesta por el jurado. Por otro lado, debieron presentar una clase sobre algún aspecto de la música que ellos eligieran.

Y finalmente, otro video en el cual se presentaban, contando su propia historia, el contexto en el cual viven y se forman, y cuál es la motivación que tuvieron para inscribirse. A esto debemos sumar que se consideraron aspectos relacionados con cuestiones de cupo de acuerdo al género, y teniendo en cuenta también una mirada federal en la decisión. Intentamos incorporar jóvenes de distintos lugares del país. Por eso, es que han podido incorporarse jóvenes de Chubut, Tucumán, Mendoza, La Rioja, Buenos Aires, entre otros.

-¿Cómo siguen las Becas Martha Argerich?

-Podemos considerar esta etapa como experiencia piloto. Está previsto que los becarios que han inaugurado las Becas Martha Argerich, continúen su formación durante todo el año 2022.

Luego, a partir del año siguiente, y una vez analizado en forma crítica, como solemos hacer con nuestro trabajo, veremos qué cambios debemos adoptar y cuáles aspectos mantener, para las convocatorias siguientes. Por ejemplo, la conformación de la Orquesta de los becarios, no sabemos aún si cada dos años comenzará su tarea de cero, con los nuevos becarios, o irá creciendo artísticamente, incorporando a los nuevos, sumándolos a los ya existentes. Dependerá del análisis que hagamos en este lapso de 18 meses.

-El Programa de Orquestas tiene más de 15 años. ¿Se cumplieron los objetivos?

-En el origen nos planteamos algunas premisas que eran novedosas en relación a las experiencias previas que hubo en nuestro país y en otro del continente. Me refiero al tema de la identidad. A la conformación de orquestas de corte académico, con orgánicos similares a las orquestas profesionales del modelo originado en Europa, propusimos una nueva experiencia, con instrumentos, con sonidos propios de nuestro continente.

Por eso, es que comenzamos, en aquella época, a diseñar orquestas en las cuales los instrumentos de vientos son quenas, sikus, y otros de origen americano, en lugar de fagotes, clarinetes, etc. Lo mismo con instrumentos de cuerda y percusión.

Luego de estos años, vemos que más allá de los vaivenes políticos (entre 2015 y 2019 fueron descuidadas y en algunos casos maltratadas) se han mantenido y continúan creciendo. Hemos comprobado que tenía sentido sumar el concepto de identidad. Hay muchos objetivos que se han cumplido y resultados alcanzados.

La conformación de nuevas orquestas, el crecimiento de las existentes, el entusiasmo por seguir creciendo por parte de todos los actores vinculados a las mismas, el sentido de pertenencia que han logrado en los barrios, el interés de muchos jóvenes por estudiar música, el descubrimiento de vocaciones que los marcan de por vida, las acciones colectivas generadas en cada barrio alrededor de las orquestas ya sea para la realización de conciertos o para sumar diversas iniciativas sociales. Todo esto, y más, es motivo de orgullo y simultáneamente, de mayor compromiso para continuar trabajando.

Texto e imágenes: Ministerio de Cultura de Nación